Rieló el mar
Aquella noche
lunar y con noctilucas evanescentes
sucedió un sol alto, redondo, blanco.
Rieló el mar del horizonte hasta la orilla:
destellos impredecibles de un encuentro
ondulante arcoíris en el silencio
fusiones de retinas con fotones y neuronas
regocijo en la sangre y los huesos.
¡Tan solo por un segundo!
Participaba de la fiesta desde una eternidad improvisada
alojado en pigmentos mezclados por el viento.
¡Quería quedarme para siempre!
Olvidado del tiempo, del lenguaje
aparatos, medidas, ecuaciones
regresando a la formación de los planetas en su viaje.
Cultivar tierra, agua, luz
Morir y nacer sin darme cuenta.
Guillermo Büsch
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